¡No tengas miedo de lo que te puede pasar!

Reflexionemos…

No tengas miedo de lo que te pueda pasar, pues todo tiene un propósito en Cristo Jesús.

Nada, pero nada de lo que nos acontece es por casualidad, el propósito principal qué tiene Dios para nuestra vida es que ¡LE CONOZCAMOS Y SEAMOS SALVOS!

¡Qué tengas un excelente y bendecido fin de semana con toda tu familia!
Escucha este video:




¡Ánimo!
No tengan miedo,
Soy Yo!

(Mt 14,22-33)

Pastor Misionero Alberto Soledad




¡Dios Nos Da la Victoria!

Reflexionemos…

Las batallas de la vida son contínuas y no las gana el más fuerte, sino el que en ningún momento duda de que es Dios quien le da la victoria.

Andar en Victoria es seguir adelante, a pesar de cualquier obstáculo o rechazo que se presente, porque, todo lo podemos en Cristo que nos fortalece.

¡Qué tengas un excelente y bendecido fin de semana con toda tu familia!




Sigo avanzando hacia la meta para ganar el premio que Dios ofrece mediante su llamamiento celestial en Cristo Jesús. (Filipenses 3:14)

Pastor Misionero Alberto Soledad




Los hombres del Maestro

Reflexionemos…

Mat 10:2-4 Los nombres de los doce apóstoles son estos: primero Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano; Jacobo hijo de Zebedeo, y Juan su hermano; Felipe, Bartolomé, Tomás, Mateo el publicano, Jacobo hijo de Alfeo, Lebeo, por sobrenombre Tadeo, Simón el cananista, y Judas Iscariote, el que también le entregó.


Vivimos en una sociedad consciente de calificar.

Casi todo lo que haces requiere que alcances los estándares de alguien más. Debes calificar para comprar una casa, un carro, que obtengas una tarjeta de crédito o que puedas asistir a la universidad. En el mercado laboral, los trabajos más difíciles requieren gente con las más altas calificaciones.

Irónicamente, Dios usa a gente no calificada para lograr la tarea más importante del mundo: avanzar en el Reino de los Cielos. Siempre ha sido así: Adán y Eva sumergieron a la raza humana en el pecado. Lot se emborrachó y cometió incesto con sus propias hijas. Abraham dudó de Dios y cometió adulterio. Jacob engañó a su padre. Moisés era un asesino. David también, pero además fue un adúltero. Jonás se enojó cuando Dios mostró misericordia para con Nínive. Elías resistió a 850 falsos sacerdotes y profetas, pero huyó aterrorizado por una mujer (Jezabel). Pablo asesinó a cristianos, y la lista sigue y sigue.


El hecho es que nadie está completamente calificado para hacer la obra de Dios.

Es por ello que Él usa a gente incompetente. Quizá esa verdad puede ilustrarse más claramente con los doce discípulos quienes tenían numerosas debilidades humanas, diferentes temperamentos, diferentes habilidades y distintos orígenes, pero Cristo los usó para cambiar el mundo.


Veremos cómo eran personas comunes con un llamado único. Observaremos el proceso de capacitación por el que Jesús les hizo pasar porque sirve como un patrón para nuestro discipulado también.

Oro para que seas retado por sus fortalezas y seas animado por la forma en que Dios los usó a pesar de sus debilidades y fracasos. Él te usará también a medida que continúes cediendo tu vida a Él




«El hecho es que nadie está completamente calificado para hacer la obra de Dios. Oro para que seas retado por sus fortalezas y seas animado por la forma en que Dios los usó a pesar de sus debilidades y fracasos»

Pastor Misionero Alberto Soledad




Cuando Dios juzga, no quiere que su pueblo se atemorice.

Reflexionemos…

Cuando Dios juzga, no quiere que su pueblo se atemorice. Dios no viene para perjudicar, sino para defender a los justos.

El Señor quiere que te muestres valiente. Valiente.

Los que gozamos de la presencia de Dios, deberíamos demostrar
una gran fortaleza. El Señor puede venir de repente, por eso no
deberíamos ser sorprendidos por ninguna cosa repentina.



La serenidad en el peligro y en medio de las calamidades es un don precioso del amor divino.

El Señor quiere que sus escogidos tengan discernimiento para comprender que la ruina de los impíos no discernimiento es una calamidad para el mundo. La única calamidad es el pecado, el castigo que le sigue es como la sal que impide la corrupción de la sociedad.

Deberíamos indignarnos mucho más contra el pecado que nos merece el infierno, que no contra el mismo infierno, que es consecuencia fatal del pecado.

Asímismo, el pueblo de Dios debe manifestar la quietud de su espíritu. El diablo y su simiente están llenos de engaño; más los que están con Dios jamás caerán en sus lazos seductores.

Sigue adelante, tú que crees en Jesús y deposita en Jehová toda tu confianza.




«No tendrás temor de pavor repentino, ni de la ruina de los impíos cuando viniere, porque Jehová será tu confianza, y él preservará tu pie de quedar preso»

Proverbios 3:25-26

— Pastor Alberto Soledad